martes, 4 de octubre de 2016

Super Arquitecto

Antes de que comiencen esta, amena y entretenida lectura (al menos eso es lo que espero) quiero avisarles que el post de hoy puede resultar pretencioso, ególatra y bastante pedante, aderezado además con el toque de frikismo que tienen siempre estos temas. Avisados quedan, no obstante también decirles que una vez al año no hace daño, pero por si las moscas tengan a mano las bolsitas de papel que tienen delante de sus asientos.

Poco o nada se habla del poder que tienen los arquitectos. Ya nos gustaría tener superfuerza, poder volar, atravesar paredes y fulminar objetos solo con nuestra mirada, pero no, como mucho a lo que llegamos es a tener un medidor con laser y poco mas. No somos una especie de arquitectos mutantes, excepto los días posteriores a una entrega, que sinceramente parecemos cualquier cosa menos humanos.



Yo me refiero a otro tipo de poder, menos palpable y más visual, pero con la misma fuerza. No todos tenemos el mismo dominio sobre las materias que tocamos, somos diferentes afortunadamente. Tal y como pasa en las películas o en los comics, Hulk tiene una fuerza descomunal, pero le es imposible ponerse en vertical en una pared como hace Spiderman. En el mundo de la arquitectura pasa tres cuartos de lo mismo, hay algunos que tienen un super poder, otros tienen un poder destacable y otros tenemos un poder discreto, un micro poder … pero oye, es un poder al fin y al cabo.

Comencemos por señalar uno de ellos y a la par el mas importante: la capacidad que tienen la mayoría de los arquitectos de transformar el espacio físico, de cambiar un lugar por pequeño que sea, de organizar un kaos, en definitiva de cambiar la realidad, ya lo decía Álvaro Siza “Los arquitectos no inventan nada, solo transforman la realidad”. Analizándolo fríamente este es un poder acojonante, como de la nada, podemos crear algo, que será algo increíble o una auténtica porquería, pero oye, algo es algo, valga la redundancia.

Si uno se pone a pensarlo fríamente y salvando las distancias, este poder es asimilable al poder de un Dios, que si bien se necesitaron seis días para crear La Tierra, nosotros necesitamos dos meses para redactar un proyecto de una vivienda unifamiliar, siempre y cuando el cliente no sea muy caprichoso. Este poder se puede ver como una vitud, un don, o todo lo contrario, se puede ver como un arma de doble filo y que muchos compañeros se crean dioses, convirtiéndose no en super héroes sino en super villanos. No entienden o no quieren entender que hay vida detrás de un simple título universitario, que si, que nos faculta para hacer muchísimas cosas, pero que ni nos otorga la verdad suprema, ni nos coloca por encima del resto de profesionales.



A veces es como si tuvieramos el enemigo en casa, como la oveja descarriada, como el traidor en una banda de ladrones, un ángel caído ..., porque este poder te puede volver bastante tonto. Eso si, lo bueno que tiene es que te pone sobre aviso, quiero decir, que no es un poder oculto, sino que al tonto se le ve a la legua, y si encima el tonto es arquitecto pues daña la vista.

Green Latern tiene un anillo, Thor un martillo, Lobezno unas garras de adamantium, … y los arquitectos tienen una firma. En muchos casos no nos damos cuenta del poder que tiene eso, una firma, como algo tan sencillo puede acarrear tantas consecuencias, buenas, malas y nefastas.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” le decía el tío Ben a Peter Parker, si bien la frase se la tomó prestada Stan lee a Franklin D. Roosvelt. En el caso de los arquitectos esa es la clave, la responsabilidad que colleva nuestro trabajo, que parece que nadie la ve, pero que está ahi ...y vaya que si está.



Siempre he defendido que los arquitectos cobramos mas por la responsabilidad que acarrea nuestro trabajo (mal cobrada por cierto) que por el trabajo en sí. Parece mentira que no nos demos cuenta del problema en el que nos podemos ver envueltos por el simple hecho de que tu firma aparezca en un documento técnico, convirtiéndote en el máximo responsable del mismo aunque no lo hayas hecho tu. Por eso antes de lanzar este poder, uno debe estar seguro de saber controlarlo y no utilizarlo a la ligera.

Si bien no tenemos visión de rayos X, si que tenemos visión espacial y eso si que está guapo. Cuando una persona normal y corriente se pega semanas recortando revistas de decoración y moviendo los muebles del salón al menos 20 veces para ver como queda la nueva distribución que ha pensado, a nosotros nos sobra con cinco minutos en la estancia para sacarle el máximo partido.

Cuando hay una junta de vecinos todos quieren saber tu opinión, eres el Boss. Cuando hay una parcela residual, de forma triangular y con no mas de 50 metros cuadrados, ya te las arreglas para sacar una vivienda de dos plantas. Cuando hay un problema en una obra, al primero que llaman para que le des una solución es a ti … Son tantos los poderes que tenemos que no nos damos cuenta de cual es nuestro límite, de hasta donde podemos llegar, y cuando uno se pasa ese límite suele convertirse en tonto, un arquitecto tonto.

No todo es maravilloso en el mundo de los super héroes, todo yin tiene su yang. Supermán tiene la kryptonita, una sola cosa que le debilitaba, en cambio nosotros tenemos unas cuantas: la administración, la propiedad, la contrata, algunos compañeros, etc. Las suficientes para desquiciarte y que con ello pierdas el poder que se te ha otorgado. No obstante prefiero quedarme con lo que pasa en el 95 % de las películas de este género, que al final se impone el sentido común, la profesionalidad, el buen hacer… en definitiva que al final siempre ganan los buenos.



Disculpen por la calidad de los fotomontajes, pero el poder sobre el photoshop no lo tengo dominado aún.

Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.


@ruymangsicilia

lunes, 27 de junio de 2016

Hazme un presupuesto

Cuantos proyectos se han quedado en el tintero por pasar un presupuesto incorrecto, mal redactado o excesivamente enredado, ¿verdad?. Es fácil que, por intentar explicarlo todo en un documento, nos hagamos un lío y consigamos lo contrario de lo que pretendemos, esto es, hacernos con el encargo.

Que nos rechacen un presupuesto porque tienen dos o tres más baratos es normal, es ley de vida, forma parte del juego, contra eso no se puede competir. Lo que no se puede permitir es que nos rechacen un presupuesto por una mala redacción, una demora en la entrega o un desinterés posterior por nuestra parte.

Si existiera un limbo donde van a parar los presupuestos rechazados, estaríamos todos de acuerdo en que se encuentra saturado, llegando a la rayita donde pone "MAX". Lo digo con conocimiento de causa porque al menos el 20% de esos presupuestos tienen que ser mios, sobre todo de los primeros años, una época de descubrimiento, novedad y virginidad laboral.



Hacer un presupuesto forma parte del trabajo y podemos permitirnos el lujo de perder 15 ó 20 minutos en hacerlo bien. Un proyecto tiene que tener un principio y un final y, en este caso, el presupuesto es el principio.

Lo primero que debes hacer es estar preparado para esa llamada que te llena de ilusión, de esperanza, de ánimo, ... y que te puede pillar en cualquier sitio: en el trabajo, en el coche, en medio de la siesta, en el Mercadona,... no sé si mencioné que este post está dirigido a los autónomos, es por eso que tienes que estar con el móvil a punto y preparado para contestar con convicción y certeza, aunque te pille en domingo.

Pero dejemos los preliminares y vayamos al fondo de la cuestión. Un ejemplo de como se inicia el encargo de un presupuesto, dependiendo siempre del tipo de trabajo y salvando las distancias, suele ser con una conversación telefónica:

- "¿Si? ¿Me oye? Soy Manolo... que me dio su número Conchi, la prima de Alfredo ... Mire! ¿Cuanto me saldría hacer una casa de madera?



... Respirar, aspirar, respirar, aspirar ... así durante un rato, porque no esperes unos "Buenos días".

Tranquilidad ante todo, no nos pongamos nerviosos. Hay que entender a Manolo que tiene el terrenito ese y quiere hacerle la casa de madera a su hijo a ver si así se lo quita por fin de encima. El cliente, y con razón, no tiene ni idea de lo que pide, por eso no podemos perder la calma y ayudarle o facilitarte las cosas para que poco a poco entienda que elaborar un presupuesto no es tan sencillo como pulsar F8.

Lo que pretende hacer, donde lo quiere hacer y la superficie que tiene en mente, son tres preguntas fundamentales para poder calcular con criterio nuestros honorarios y darle un respuesta rápida a ese futuro cliente.

En el caso de los arquitectos, los honorarios estaban fijados por el Consejo Superior de Arquitectos de España, pero desde un tiempo a esta parte son libres, es decir, que para un mismo proyecto un arquitecto puede ofertar 10.000 € y otro "Compañero" puede ofertar 1.000 €. La ley de la oferta y la demanda lo llaman algunos, yo prefiero llamarlo competencia desleal. Pero no quiero seguir por este camino porque daría lugar a un nuevo post, pero si aprovecho la ocasión para pedir unos honorarios mínimos de una vez por todas.

Con esta base ya empieza a ser complicado el redactar un presupuesto sabiendo que el de al lado ofrece el mismo trabajo tres veces mas barato, pero como nos dicen muchas veces: "Es lo que hay ..." Como punto de partida y para poder tener una referencia, los diferentes Colegios de Arquitectos poseen baremos orientativos que nos pueden servir para calcular cuanto puede salir el proyecto y los honorarios de los técnicos.



A partir de estos números orientativos, tendremos que hacer nuestros números, mas reales, porque obviamente obtendremos ganancias, pero por el camino habrán algunas pérdidas (gastos de material, desplazamientos, seguros de responsabilidad, ...). Lo mas importante es el sentido común y no cometer barbaridades, no solo de cara al cliente, sino de cara a nosotros mismos. Cuidado con las rebajas, que están bien, pero que no se conviertan en un saldo.

Hazlo claro, sencillo, que no te ocupe más de un folio, con los trabajos que se pretenden hacer y con el importe definitivo, y no olvidarse de las observaciones que sean necesarias si las hubiera. Algo muy importante y que se pasa de largo es dejar bien claro y visible tu marca personal.

Deja que pase un tiempo prudencial para mandárselo al cliente, entre 24 y 48 horas, que no parezca que estas desesperado por hacerte con el trabajo. Si tienes la oportunidad de darle el presupuesto en mano mejor, pero si lo tienes que enviar por correo electrónico te aconsejo que, una vez lo envíes, se lo expliques por teléfono. Siempre es más fácil de entender y si incluso se tienen dudas, se pueden resolver sobre la marcha.

Si al final te sonríe la suerte y te aceptan el presupuesto enhorabuena, es entonces cuando tu trabajo debe de estar a la altura de lo que se te exige y demostrar lo profesional que eres.

En cambio, si no tienes suerte no te preocupes, ya vendrán mas. Lo que está claro es que no debes torturarte por si tendrías que haber bajado más la cantidad ofertada. Por favor, no lo hagas, no regales tu trabajo, es un flaco favor que le haces a la profesión. Ten un mínimo de dignidad.




Para entender mejor la relación entre el arquitecto y el cliente, quizás este otro post te sirva de ayuda:

http://arquitecturadepuntillas.blogspot.com.es/2015/02/clientes-vs-arquitectos.html

Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.

@ruymangsicilia

lunes, 16 de mayo de 2016

Quiero ser arquitecto

Pero que dices criatura... ¿Lo estás diciendo en serio? ¿Tú sabes en donde te vas a meter? Miraaa… de verdad… hazme el favor de tomarte un tiempo, te das un paseo largo por la playa, o por el parque si vives en el interior, y lo consultas veinte veces con la almohada, ...porque una vez se dé el paso ya es muy difícil volver atrás.

Piénsalo bien anda, con lo divertido y apasionante que debe ser hacerte médico, todo el día curando pacientes o amputando miembros, o abogado, un orgullo para la familia y una emoción el ponerte la toga de vez en cuando, e incluso biólogo, porque no, todo el día en el campo estudiando la fauna que te rodea, pero … ¿arquitecto? En serio, no te dejes engañar y se inteligente (todos mis respetos a los gremios de la medicina, abogacía y biología, faltaría más).

Puede parecer un comienzo de post un poco desesperanzador, casi apocalíptico, pero hablando con conocimiento de causa (y no soy el único que piensa así), desde hace un tiempo a esta parte tengo la sensación de que me engañaron, de que me estafaron, de que me tomaron el pelo. Como dijo Homero “el engaño es uno de los conceptos más ligados a la historia de la humanidad”, y eso que Homero no estudió arquitectura.



Todo un fraude a la altura del famoso timo de la estampita. Puede ser que exagere un poco, pero luego pienso en el nivel de indignación por el que he pasado en estos últimos años (y estoy pasando) y no, no exagero nada. Dejen que al menos me desahogue un poco.

Uno comienza a estudiar una carrera dura, complicada, difícil, en la que muchas veces te dan ganas de mandarla a tomar por donde la espalda termina su nombre. Pero no, uno aguanta con la convicción de que ha nacido para esto, con la idea en la cabeza de que cuando te incorpores al mundo laboral serás alguien. Con alguien me refiero a un profesional, no a un dios, pero tampoco a un mindundi, alguien con la capacidad suficiente como para labrarse un futuro en algo que le apasiona.

Ten en cuenta que de todo lo que estudies en la carrera, en tu vida laboral aplicarás el 15 % de lo aprendido, y siendo generoso, el resto no sirve para absolutamente nada, únicamente para hacerte perder el tiempo. Supongo que será como muchas de las carreras que se cursan, pero que, una vez terminada, se echa en falta muchas asignaturas o temarios que nos vendrían de fábula a los que ejercemos esta profesión. Del mismo modo que eliminaba de un plumazo muchas asignaturas, que para humanidades o filosofía vendrían muy bien, pero no para arquitectura.

Ya luego, cuando aterrices en el mundo real, echarás en falta alguna asignatura de economía o de marketing, porque un estudio no se monta solo y los clientes no van a hacer cola por fuera, hay que currárselo y bastante. Ya verás lo divertido que es cuando pasan y pasan los meses y lo máximo que te ha entrado es un certificado de eficiencia energética (otro engaño mas).

El arquitecto de hoy en día no es el arquitecto de hace quince años. El arquitecto de hoy en día es un cero a la izquierda que se tiene que buscar la vida en otros sectores que, en muchos casos, nada tienen que ver con la profesión. Es un cero a la izquierda porque no se valora ni su profesionalidad, ni su responsabilidad, ni su persona y encima los pocos que quedamos nos dedicamos a regatear nuestro salario como si fuera una feria, una tómbola… que guay, que guay, que guay, otra mountain bike.



Amigo, piénsatelo bien porque esto no es lo que era y ojalá la situación cambie cuanto antes, pero a medida que pasan los meses soy cada vez mas pesimista. No por la falta de trabajo, sino por la falta de necesidad que tiene la sociedad de nuestro trabajo. A muchos compañeros les he oído hablar de que nos encontramos ante una profesión a punto de extinguirse, que puede sonar muy catastrofista, un futuro muy oscuro, pero al final me van a convencer de que será así, por mucho que nos duela.

El otro día, en una red social, hicieron una encuesta en la que preguntaban lo siguiente: “¿Crees que sobran arquitectos?”. La respuesta fué que sí, con un 63% de los votos. Si quieren saber cual fue mi voto diré que el de la mayoría, no por egoísmo, como alguno decía, sino porque así lo siento. Las escuelas están masificadas de alumnos a los que encima forman mal, dándole la espalda a una realidad difícil de asumir.

Es el momento de pensarnos bien las cosas, de parar un momento y reflexionar, de pensar en que dirección nos movemos y si la figura del arquitecto es necesaria. Para mi lo es desde luego, pero no por el camino que estamos siguiendo, no se puede regalar más el trabajo, no podemos regalar más nuestra responsabilidad. Un médico es necesario, un abogado es necesario, un biólogo es necesario … ¿Por qué no iba a serlo un arquitecto?.



Si no te he convencido y continúas con las ganas de estudiar arquitectura, con ese sueño o esa ilusión de convertirte en arquitecto, puedes darte una vuelta por estos enlaces en donde te vendrán bien algunos consejos.



Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.

@ruymangsicilia

miércoles, 9 de marzo de 2016

Pasión y muerte del arquitecto

Buena época aquella, al menos la que yo viví nada mas graduarme, en los años previos al estallido de la burbuja inmobiliaria, desde el 2003 hasta el 2007. Convertirse en arquitecto costaba lo suyo, pero todo hacía indicar que merecería la pena, al menos eso era lo que pensaba yo, ya lo he dicho muchas veces, que el esfuerzo tendría su recompensa.

Haciendo eco del momento en el que estamos, previo a la Semana Santa, tiempo de Cuaresma, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, trataremos un tema que para muchos es repetitivo y que para otros es desconocido: La pasión y muerte del arquitecto.

Que bonito era cuando nos sobraba el trabajo y todo iba como la seda. No se puede decir que nadie lo avisara, porque todos oíamos aquellas advertencias, aquellas noticias que nos alertaban de lo que estaba por venir, pero como le ocurrió a Pedro, negamos la mayor antes de que cantara el gallo, y me temo que fueron más de tres veces.

Fue con pasión como empezamos a trabajar, con ilusión y con unas ganas desbordantes de hacer nuestros sueños realidad, y fue la pasión la que irremediablemente nos llevó a la muerte. Porque, sin darnos cuenta, la pasión dio paso al ansia y al ego. El arquitecto todo lo puede y todo lo debe, es un profesional superior al resto de los mortales, ocupa un estatus elevado dentro de las clases sociales, e incluso se llegan a crear clases dentro de la profesión: arquitectos de primera y de segunda ...y así nos fue.




Son los arquitectos de primera clase los que "contratan" arquitectos de segunda, o becarios de primera como los llamarían ellos. Compañeros recién graduados o estudiantes en los últimos años de carrera, que con la promesa de adquirir experiencia y de engrosar su currículum bajo la supervisión de los primeros, como si de un privilegio se tratara, son invitados a formar parte de un gran equipo de mentira.

Esto es una traición en toda regla a los compañeros y a la profesión, una imitación al beso de Judas Iscariote a Jesús de Nazaret en el huerto de Getsemaní. No nos damos cuenta, o no queremos darnos cuenta, de que con este tipo de prácticas lo que hacemos es devaluar la profesión y colocarla al nivel del barro, por no decir otra palabra malsonante.



Y todo por treinta monedas de plata ..., que esa es otra, el precio al que estamos dispuestos a ofrecernos. Somos los únicos que estamos de rebajas durante todo el año, que estamos a saldo. Seguramente todo empezó por alguien que, de una manera desesperada, redujo sus emolumentos para ver si así pillaba cacho y se podía llevar el encargo, sin darse cuenta que los gastos que le ocasionan, superan los ingresos generados.

Pero supongamos que no es así, que al final le es rentable, pues bravo por el, pero no hay que olvidar que aquí no solo se cobra un trabajo, también se cobra una responsabilidad que, dicho sea de paso, es bastante se los aseguro.

Lo de la rebaja de nuestros honorarios y, en consecuencia, la competencia desleal de algunos compañeros, viene siendo, desde hace años, nuestro particular "via crucis". Desde el primer minuto que regalamos nuestro trabajo estamos condenados, cargamos con esa cruz, somos despojados de nuestras vestiduras, morimos y nos sepultamos ... si, NOS sepultamos, porque somos nosotros los culpables de que esta situación continúe y no hagamos nada para remediarlo, viéndolo ya como una praxis habitual ..."Es lo que hay".

Podríamos hablar de una especie de "Vía Sacra" en forma de círculo vicioso en el que volvemos al punto de partida inicial para cometer los mismos errores. No se si así se conseguirá la indulgencia plenaria, lo que si es cierto es que así no podemos continuar y el único objetivo que alcanzaremos será la desaparición de nuestra profesión.



Nos encontramos al borde del colapso, asfixiados ...y encima nos obligan a cargar con la cruz. El resto de la historia no hace falta contarla, ya saben como acaba, en el monte Gólgota, mas comúnmente conocido como el monte del Calvario. Feliz Semana Santa a tod@s.

Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.

@ruymangsicilia

martes, 26 de enero de 2016

Parecidos Razonables II

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Yo espero que esta, al menos, llegue al nivel, o mejor dicho, al mismo número de visitas que la primera.

Hace ya un tiempo sacamos un post con los parecidos razonables de algunos de los arquitectos que admiramos, estudiamos e, incluso, renegamos, y muchos de ellos se nos quedaron en la reserva, pendientes de incluirlos en una nueva lista. Pues esa lista ya está aquí amigos.

Arquitectos de cierto prestigio con una forma de proyectar, en algunos casos,  muy diferente entre sí, pero que físicamente son como dos gotas de agua.

01.- Rafael Moneo - Cesar Pelli

Como comentamos en el anterior post, hay arquitectos que incluso se parecen entre sí. En cuanto a la arquitectura que proyectan son como un huevo a una castaña, pero si el amigo Moneo se dejará la perilla tipo D´Artagnan, como suele tenerla Cesar Pelli, lo clavaba.



02.- Odile Decq - Robert Smith

La arquitecta francesa Odile Decq y el cantante Robert Smith, lider de la banda alternativa "The Cure", deben ser primos segundos o algo. Mas allá de compartir el gusto estilista de estos personajes, lo que está claro es que el negro es su color y las ojeras las disimulan muy bien con una capa triple de rimel.



03.- Ben van Berkel - Ron Dennis

La verdad es que, en este caso, quien quiera sacarle parecido que lo haga. Yo solo digo que este arquitecto holandés construyó el museo de Mercedes Benz, en Stuttgart, Alemania, y que Ron Dennis es actual director deportivo de Mc Laren, escudería que por esa época tenía motor Mercedes ...¿Casualidad?, probablemente.



04.- Paul Andreu - Vincent Schiavelli

Juntar el mundo de la arquitectura con el mundo del cine siempre da bastante juego. En este caso comparamos al arquitecto francés Paul Andreu con el actor, ya fallecido, Vincent Schiavelli, al que todos recordamos en su papel de fantasma del metro en la película "Ghost". Que el Sr. Andreu sea un fantasma lo desconocemos, ahora, que ambos comparten el mismo peinado es un hecho irrefutable.



05.- Frei Otto - Christopher Lloyd

No nos desviamos del mundo del cine y le sacamos parecido al arquitecto alemán con el actor Christopher Lloyd, sobre todo en su papel del doctor Emmett Brown, el famoso "Doc" de "Regreso al futuro". Dudábamos si compararlo con dicho personaje o con Gary Oldman en "Drácula" de Francis Ford Coppola, pero al final, siguiendo un criterio profesional, lo echamos a suertes y salió el primero.



06.- Oscar Niemeyer - Statler

Otro arquitecto que ya no se encuentra entre nosotros pero que nos acordamos de el cada vez que vemos por la televisión al viejo Statler, con su compañero Waldorf, de los teleñecos. Quien nos iba a decir a nosotros de pequeños que mientras veíamos Barrio Sésamo, estábamos viendo a uno de los arquitectos mas influyentes de la arquitectura moderna.



07.- Luis Barragán - Mortadelo

Parece que en vez de un post sobre parecidos razonables lo estemos haciendo sobre un obituario de arquitectos pero en fin, nos ha salido así. En este caso nos pasa algo parecido como con el anterior ejemplo, cada vez que vemos a Mortadelo nos acordaremos del arquitecto mexicano, ... o de nuestro vecino, o de nuestro profesor de instituto, porque seguro que en nuestra vida se nos ha cruzado algún que otro Mortadelo.



08.- Mario Botta - Rick Moranis

No es que sean personas que se parezcan mucho físicamente, pero el arquitecto Mario Botta nos recuerda a "Casco Oscuro", el personaje que realizó el actor Rick Moranis en "La Loca Historia de las Galaxias" (tampoco se pierden mucho si no la han visto). Esas gafas a lo Le Corbusier tamaño XXL y esos morritos mientras posan los delatan.



09.- Kazuyo Sejima - Edna Moda

Vamos terminando con la arquitecta japonesa Kazuyo Sejima y el personaje de "Los Increíbles" Edna Moda. Ambas creativas, una arquitecta y la otra diseñadora, y, aparentemente muy poquita cosa y muy, muy, muy achuchables las dos. "Pon una Kazuyo Sejima en tu vida" sería un buen lema para un arquitecto.



10.- Louis Kahn - Austin Powers

Y por último, pero no por ello el menos importante, el parecido que se le saca a Louis Kahn con Austin Powers, el agente secreto interpretado por Mike Myers es, cuanto menos, curioso. Las gafas de pasta que tan de moda están ahora y esa sonrisa picarona no dejan indiferente a nadie.



Si no pudieron leer el post "Parecidos Razonables I" aquí les dejo el enlace para que lo disfruten

http://arquitecturadepuntillas.blogspot.com.es/2014/07/desdesiempre-ha-existido-la-teoria-o.html

Y como ya se dijo en dicho post, si alguno de los mencionados (que sigan vivos evidentemente) lo leen espero que no se ofendan, ya que lo hacemos con cariño y con un profundo respeto hacia su persona.

Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.


@ruymangsicilia

lunes, 30 de noviembre de 2015

El típico arquitecto

Llevaba ya varias semanas sin saber de que hablar en el blog hasta que empecé a seguir a @eltipiquismo, un perfil de twitter que recomiendo seguir (sobre todo si eres de Canarias como yo), en donde una persona tuitea expresiones típicas de los adolescentes y jóvenes canarios y en el que muchas veces me he sentido identificado o conozco a alguien que habla así. Ya lo dice el propio perfil "...O eres así, o tienes un colega que es así. Para echarnos unas risas".

Pues para echarnos unas risas los del gremio, me he tomado la libertad de copiar la idea pero adaptándola a los arquitectos, a el típico arquitecto, o eres así o tienes un compañero que es así.




1. - El típico arquitecto no habla bien, o mejor dicho no se le entiende cuando habla, es bastante pesado, cansino diría yo. Para decir una sencilla frase lo lía todo de tal manera que uno no se entera de lo que quiere decir. Hace tiempo descubrí en un magnífico blog de arquitectura, un "manual de discurso automático para arquitectos" de tal manera que cogiendo cualquier palabra al azar de las veinte filas que hay y, ordenándolas de manera correlativa en las siete columnas, te sale la frase típica de un arquitecto. A mí me salió esta:

"La nitidez fenomenológica de la sección organiza una vibración genéricamente compuesta"... ¿A que te has quedado igual?

Les dejo el enlace para que hagan la prueba, es sencillamente genial.


2.- El típico arquitecto tiene una forma de vestir bastante peculiar, dependiendo también en que parte del día lo pilles. Si es a primera hora te encontrarás a una persona con pantalones elegantes pero informales, zapatillas cómodas, chaquetita de entretiempo para parecer interesante y, si tiene miopía, con gafas de pasta.

La cosa cambia a última hora del día. Será la misma persona pero despeinado, ya sin la chaquetita, la camisa por fuera, con las mangas remangadas y con una cara de estar hasta las narices del mundo en general. Si a todo esto le sumas que siempre va vestido como un cuervo entonces sí, entonces es el auténtico, el típico.



3. - La alimentación es otro factor importante que influye de manera significativa en la personalidad del arquitecto. Si tiene que comer con algún cliente te lo encontrarás en un restaurante de mesa y mantel. Es fácil saber quien de los dos es el arquitecto, sobre todo a la hora de pedir la cuenta, ya que suele ser el técnico quien se levanta un momento para ir al baño (casualmente).

Muy distinto es cuando tiene que comer solo, optando por algo más sencillo y minimalista como puede ser un bocadillo de mortadela y su caña en el bar de Paco. Bien es verdad que de vez en cuando te lo puedes encontrar pegándose un homenaje en el Mc Donalds o en el Burguer King, pero esto es ya más complicado.

4. - Aunque no es buena época para la profesión, los arquitectos somos seres que estamos siempre ocupados, siempre estamos liados con algo aunque no esté remunerado, tendencia muy común últimamente. Hay que sembrar para luego recoger dicen, pues nosotros estamos todo el día en la huerta. Pero hay algo por lo que, aun estando de trabajo hasta arriba, lo dejamos todo… un nuevo presupuesto, y si es de un edificio plurifamiliar ya no te digo nada. Media horita al día podemos sacar en nuestra apretada agenda para valorar un cambio de uso de un local.

5.- Otra característica que nos define es que tenemos tendencia a dibujarlo todo. Nuestro portaminas Faber Castell y una servilleta son nuestra perdición. Si nos dejan dibujaríamos hasta la lista de la compra, acotada por supuesto, y con algún detalle constructivo, para que se entienda mejor.

Es fácil distinguir a un arquitecto en cualquier charla o curso, aquel que no está atendiendo y dibujando el careto del conferenciante, o haciendo una perspectiva de la sala, ese el hombre, el típico.



6.- Muchas veces nos encontramos con el profesional de apellido. Con esto me refiero a que cuando te lo presentan, siempre, tras su nombre, viene su apellido, por ejemplo: "Hola, soy Borja, arquitecto", así te lo estén presentado en un funeral o siendo el nuevo novio de tu prima. Algo lamentable que sucedía bastante en otras épocas mas boyantes y que, hoy en día, es más difícil de encontrar (gracias a Dios).

7.- Un vicio que tiene el típico arquitecto es el café, aunque no le guste no le queda más remedio que tragárselo. El café es una droga que te vas metiendo poco a poco y de manera inconsciente durante la carrera y que es tan importante, o más, que el Autocad, de hecho no se concibe el uno sin el otro. Por eso cuando quedes con alguno en un bar o cafetería y se pide un té, desconfía, no es el típico.

8.- El típico arquitecto alcanza su máximo apogeo cuando se junta con los de su especie en actos lúdicos, formando corrillos en donde ponen a caerse de un burro al Colegio correspondiente, se cuentan cuantos pagarés sin cobrar tienen en el banco, o en que nueva historia están inmersos, porque el típico arquitecto es también el típico emprendedor.



Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.

@ruymangsicilia

jueves, 22 de octubre de 2015

De mayor quiero ser voladizo

Cuando a uno le preguntan de pequeño que quiere ser de mayor siempre se suele responder lo típico: profesor, bombero, médico,… arquitecto,… lo normal. A mí, cuando me preguntaban que quería ser de mayor, siempre contestaba lo mismo: "De mayor quiero ser voladizo".

Si, voladizo, ese elemento de construcción o de la estructura de un edificio que sobresale horizontalmente o inclinado del plano vertical, empotrado en uno de sus extremos y con una carga o peso en el otro extremo. Uno de esos que están tan cansados de ver y que están por todas partes, si hombre si, un voladizo.



     Casa Balancing Barn (Suffolk - Reino Unido). MVRDV
     Residencia Utrain (Klaipeda - Lithuania). Architectural Bureau G. Natkevicius & Partners

- “Pero ¿qué raro no? ¿Un voladizo? Eso no es ninguna profesión”, es lo que me contestaban.

- “¿Pero tú que me has preguntado? ¿Qué quiero ser de mayor o a que me quiero dedicar profesionalmente? Porque profesionalmente aun no lo he decidido, pero por querer, lo que quiero llegar a ser es un voladizo”, respondía yo. 

Bien es verdad que en vez de voladizo podría haber optado por ser cornisa, pero para qué. No es cuestión de tamaño (que también), es cuestión de que no se me posen encima las palomas (esos pájaros que algunos llaman las ratas del aire), me dejen perdido con sus defecaciones, y tenga que acabar con un hilera de pinchos en la parte superior y a lo largo de toda mi longitud. No, yo aspiraba a algo mas, a algo mayor.


     Hotel Aggrenard (Geojesi - Corea). AND Arquitectos
     Edificio Forum (Barcelona - España). Herzog & DeMeuron
     Torre de Gas Natural (Barcelona - España). Miralles & Tagliablue 

También podría haberme decantado por ser un pilar, pero sería mucho más aburrido. Si, eres esbelto y fuerte, sostienes la estructura, sin ti nada se podría ejecutar, los forjados se quedarían en el aire… pero no serías único. Formarías parte de una cuadrícula, de una red perfectamente tejida en donde cada pilar tiene su función, pero que no se entiende si no se analiza en conjunto. Pilar está bien, pero no, yo quería ser diferente, quería ser voladizo.

- “¿Voladizo? Pero si eso es algo que está sometido a mucho estrés” me decían.

- “La mitad superior del voladizo está sometido a un estrés de tensión y la mitad inferior está sometida a un estrés de compresión. Ten cuidado porque si no eres capaz de soportar ese estrés puedes llegar a doblarte y romperte”.

Dicho así suena muy fuerte, podría llegar a doblarme, e incluso a romperme ojo con esto que puede acojonar. Pero estaba dispuesto pagar el precio, a conseguir mi sueño, estaba dispuesto a ser voladizo.

A priori puede sonar muy simple, voladizo… ¿Que tiene eso de interesante?. Pues que se lo pregunten a Bernouilli para que veas lo que te cuenta, de hecho el amigo se inventó una fórmula que relacionaba el momento flector de la fuerza aplicada y el radio de curvatura de la barra deformada. No es la fórmula de la Coca Cola pero bueno, algo es algo, y a Bernoulli le dio de comer.

Pero lo realmente interesante de los voladizos, no es tanto el sistema estructural que los aguanta, sino los espacios que generan, no solo los del propio voladizo, también los espacios exteriores. Esa imagen de ingravidez, de flotar por encima del terreno, eso es lo realmente interesante.

Ya los maestros del Movimiento Moderno fueron pioneros en la utilización de los voladizos. Nuevos materiales como el hormigón armado ayudaron a crear estas estructuras ingrávidas que más de uno tomó como un recurso espacial en sus proyectos.



     Diseño original de la Study House 8. Charles Eames & ero Saarinen
     Casa Leonheardt (New York. Estados Unidos). Philip Johnson

Del voladizo no solo me quedo con la imagen o forma singular que le pueda dar al edificio. En arquitectura, un voladizo no tiene porqué ser solo un factor estético y formal que enriquezca el proyecto, va mucho más allá. Un voladizo te invita a entrar en un edificio, marca la línea a seguir en un distribuidor exterior, prolonga los espacios interiores, ofrece protección a las inclemencias del tiempo, es un recurso perfecto para pasar de un espacio a otro con un cambio de altura,... un voladizo son mil cosas en arquitectura.

Pero no podemos quedarnos solo en eso. Aparte de ser algo tangible, colabora en la búsqueda de lo intangible: en la búsqueda de la luz, de las vistas, de la temperatura, de sensaciones… en la búsqueda del bienestar, en definitiva en la búsqueda de un espacio agradable. Un voladizo es la bomba no me digan que no.


     Residencia Kaufmann (Pensilvania - Estados Unidos). Frank lloyd Wright

A día de hoy todavía me pregunta alguno que quiero ser de mayor y siempre le contesto lo mismo “Yo de mayor quiero ser voladizo”. ¿Aún no saben por qué? La respuesta es muy fácil… porque un voladizo puede VOLAR.

Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.

@ruymangsicilia