Pero
que dices criatura... ¿Lo estás diciendo en serio? ¿Tú sabes en
donde te vas a meter? Miraaa…
de verdad… hazme el
favor de tomarte un tiempo, te das un paseo largo por la playa, o por
el parque si vives en el interior, y lo consultas veinte veces con la
almohada, ...porque una vez se dé el paso ya es muy difícil volver
atrás.
Piénsalo
bien anda, con lo divertido y apasionante que debe ser hacerte
médico, todo el día
curando pacientes o amputando miembros, o abogado, un orgullo para la
familia y una emoción el
ponerte la toga de vez
en cuando, e incluso biólogo, porque no, todo el día en el campo
estudiando la fauna que te rodea, pero … ¿arquitecto? En serio, no
te dejes engañar y se inteligente (todos
mis respetos a los gremios de la medicina, abogacía y biología,
faltaría
más).
Puede
parecer un comienzo de post un
poco desesperanzador,
casi apocalíptico,
pero hablando con conocimiento de causa (y no soy el único que
piensa así), desde hace un tiempo a esta parte tengo la sensación
de que me engañaron, de que me estafaron, de que me tomaron el pelo.
Como dijo Homero “el
engaño es uno de los conceptos más ligados a la historia de la
humanidad”, y eso
que Homero no estudió arquitectura.
Todo
un fraude a la altura
del famoso
timo de la estampita. Puede ser que exagere un poco, pero luego
pienso en el nivel de indignación por el que he pasado en estos
últimos años (y estoy pasando) y no, no exagero nada. Dejen que al
menos me desahogue un poco.
Uno
comienza a estudiar una carrera dura, complicada, difícil, en la que
muchas veces te dan ganas de mandarla a tomar por donde la espalda
termina su nombre. Pero no, uno aguanta con
la convicción de que ha nacido para esto, con
la idea en la cabeza de que cuando te incorpores al mundo laboral
serás alguien. Con alguien me refiero a un profesional, no a un
dios, pero tampoco a un mindundi, alguien con la capacidad suficiente
como para labrarse un futuro en
algo que le apasiona.
Ten
en cuenta que de todo lo que estudies en la carrera, en tu vida
laboral aplicarás el 15 % de lo aprendido, y
siendo generoso,
el resto no sirve para absolutamente nada, únicamente para hacerte
perder el tiempo. Supongo que será como muchas de las carreras que
se cursan, pero que,
una vez terminada, se echa en falta muchas asignaturas o temarios que
nos vendrían de fábula a los que ejercemos esta profesión. Del
mismo modo que eliminaba de un plumazo muchas asignaturas, que para
humanidades o filosofía vendrían muy bien, pero no para
arquitectura.
Ya
luego, cuando aterrices en el mundo real, echarás en falta alguna
asignatura de economía o de marketing, porque un estudio no se monta
solo y los clientes no van a hacer cola por fuera, hay que currárselo
y bastante. Ya verás lo divertido que es cuando pasan y pasan los
meses y lo máximo que te ha entrado es un certificado de eficiencia
energética (otro engaño mas).
El
arquitecto de hoy en día no es el arquitecto de hace quince años.
El arquitecto de hoy en día es un cero a la izquierda que se tiene
que buscar la vida en otros sectores que, en muchos casos, nada
tienen que ver con la profesión. Es un cero a la izquierda porque no
se valora ni su profesionalidad, ni su responsabilidad, ni su persona
y encima los pocos que quedamos nos dedicamos a regatear nuestro
salario como si fuera una feria, una tómbola… que guay, que guay,
que guay, otra mountain bike.
Amigo,
piénsatelo bien porque esto no es lo que era y ojalá la situación
cambie cuanto antes, pero a medida que pasan los meses soy cada vez
mas pesimista. No por la falta de trabajo, sino por la falta de
necesidad que tiene la sociedad de nuestro trabajo. A muchos
compañeros les he oído hablar de que nos encontramos ante una
profesión a punto de extinguirse, que puede sonar muy catastrofista,
un futuro muy oscuro, pero al
final me van a convencer de que será así, por mucho que nos duela.
El
otro día, en una red social, hicieron una encuesta en la que
preguntaban lo
siguiente: “¿Crees
que sobran arquitectos?”. La respuesta fué que sí, con un 63% de
los votos. Si quieren
saber cual fue mi voto
diré que el de la mayoría, no por egoísmo, como alguno decía,
sino porque así lo siento. Las escuelas están masificadas de
alumnos a los que encima forman mal, dándole
la espalda a una
realidad difícil de
asumir.
Es
el momento de pensarnos bien las cosas, de parar un momento y
reflexionar, de pensar en que dirección nos movemos y si la figura
del arquitecto es necesaria. Para mi lo es desde luego, pero no por
el camino que estamos siguiendo, no se puede regalar más el trabajo,
no podemos regalar más nuestra responsabilidad. Un
médico es necesario, un abogado es necesario, un biólogo es
necesario … ¿Por qué no iba a serlo un arquitecto?.
Si
no te he convencido y continúas con las ganas de estudiar
arquitectura, con ese sueño o esa ilusión de convertirte en
arquitecto, puedes darte una vuelta por estos enlaces en donde te
vendrán bien algunos consejos.
Espero
que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo.
Un saludo.
@ruymangsicilia