Cuantos
proyectos se han quedado en el tintero por pasar un presupuesto
incorrecto, mal redactado o excesivamente enredado, ¿verdad?. Es
fácil que, por intentar explicarlo todo en un documento, nos hagamos
un lío y consigamos lo contrario de lo que pretendemos, esto es,
hacernos con el encargo.
Que
nos rechacen un presupuesto porque tienen dos o tres más baratos es
normal, es ley de vida, forma parte del juego, contra eso no se puede
competir. Lo que no se puede permitir es que nos rechacen un
presupuesto por una mala redacción, una demora en la entrega o un
desinterés posterior por
nuestra parte.
Si
existiera un limbo donde van a parar los presupuestos rechazados,
estaríamos todos de acuerdo en que se encuentra saturado, llegando a
la rayita donde pone "MAX". Lo digo con conocimiento de
causa porque al menos el 20% de esos presupuestos tienen que ser
mios, sobre todo de los primeros años, una época de descubrimiento,
novedad y virginidad laboral.
Hacer
un presupuesto forma parte del trabajo y podemos permitirnos el lujo
de perder 15 ó 20 minutos en hacerlo bien. Un proyecto tiene que
tener un principio y un final y, en este caso, el presupuesto es el
principio.
Lo
primero que debes hacer es estar preparado para esa llamada que te
llena de ilusión, de esperanza, de ánimo, ... y que te puede pillar
en cualquier sitio: en el trabajo, en el coche, en medio de la
siesta, en el Mercadona,... no sé si mencioné que este post está
dirigido a los autónomos, es por eso que tienes que estar con el
móvil a punto y preparado para contestar con convicción y certeza,
aunque te pille en domingo.
Pero
dejemos los preliminares y vayamos al fondo de la cuestión. Un
ejemplo de como se inicia el encargo de un presupuesto, dependiendo
siempre del tipo de trabajo y salvando las distancias, suele ser con
una conversación telefónica:
-
"¿Si? ¿Me
oye? Soy Manolo... que me dio su número Conchi, la prima de Alfredo
... Mire! ¿Cuanto me saldría hacer una casa de madera?
...
Respirar, aspirar, respirar, aspirar ... así durante un rato, porque
no esperes unos "Buenos
días".
Tranquilidad
ante todo, no nos pongamos nerviosos. Hay que entender a Manolo que
tiene el terrenito ese y quiere hacerle la casa de madera a su hijo a
ver si así se lo quita por fin de encima. El cliente, y con razón,
no tiene ni idea de lo que pide, por eso no podemos perder la calma y
ayudarle o facilitarte las cosas para que poco a poco entienda que
elaborar un presupuesto no es tan sencillo como pulsar F8.
Lo
que pretende hacer, donde lo quiere hacer y la superficie que tiene
en mente, son tres preguntas fundamentales para poder calcular con
criterio nuestros honorarios y darle un respuesta rápida a ese
futuro cliente.
En
el caso de los arquitectos, los honorarios estaban fijados por el
Consejo Superior de Arquitectos de España, pero desde un tiempo a
esta parte son libres, es decir, que para un mismo proyecto un
arquitecto puede ofertar 10.000 € y otro "Compañero"
puede ofertar 1.000 €. La ley de la oferta y la demanda lo llaman
algunos, yo prefiero llamarlo competencia desleal. Pero no quiero
seguir por este camino porque daría lugar a un nuevo post, pero si
aprovecho la ocasión para pedir unos honorarios mínimos de una vez
por todas.
Con
esta base ya empieza a ser complicado el redactar un presupuesto
sabiendo que el de al lado ofrece el mismo trabajo tres veces mas
barato, pero como nos dicen muchas veces: "Es lo que hay ..."
Como punto de partida y para poder tener una referencia, los
diferentes Colegios de Arquitectos poseen baremos orientativos que
nos pueden servir para calcular cuanto puede salir el proyecto y los
honorarios de los técnicos.
A
partir de estos números orientativos, tendremos que hacer nuestros
números, mas reales, porque obviamente obtendremos ganancias, pero
por el camino habrán algunas pérdidas (gastos de material,
desplazamientos, seguros de responsabilidad, ...). Lo mas importante
es el sentido común y no cometer barbaridades, no solo de cara al
cliente, sino de cara a nosotros mismos. Cuidado con las rebajas, que
están bien, pero que no se conviertan en un saldo.
Hazlo
claro, sencillo, que no te ocupe más de un folio, con los trabajos
que se pretenden hacer y con el importe definitivo, y
no olvidarse de las
observaciones que sean necesarias si las hubiera. Algo muy importante
y que se pasa de largo es dejar bien claro y visible tu marca
personal.
Deja
que pase un tiempo prudencial para mandárselo al cliente, entre 24 y
48 horas, que no parezca que estas desesperado por hacerte con el
trabajo. Si tienes la oportunidad de darle el presupuesto en mano
mejor, pero si lo tienes que enviar por correo electrónico te
aconsejo que, una vez lo envíes, se lo expliques por teléfono.
Siempre es más fácil de entender y si incluso se tienen dudas, se
pueden resolver sobre la marcha.
Si
al final te sonríe la suerte y te aceptan el presupuesto
enhorabuena, es entonces cuando tu trabajo debe de estar a la altura
de lo que se te exige y demostrar lo profesional que eres.
En
cambio, si no tienes suerte no te preocupes, ya vendrán mas. Lo que
está claro es que no debes torturarte por si tendrías que haber
bajado más la cantidad ofertada. Por favor, no lo hagas, no regales
tu trabajo, es un flaco favor que le haces a la profesión. Ten un
mínimo de dignidad.
Para
entender mejor la relación entre el arquitecto y el cliente, quizás
este otro post te sirva de ayuda:
http://arquitecturadepuntillas.blogspot.com.es/2015/02/clientes-vs-arquitectos.html
http://arquitecturadepuntillas.blogspot.com.es/2015/02/clientes-vs-arquitectos.html
Espero
que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo.
Un saludo.
@ruymangsicilia