lunes, 27 de abril de 2015

La enfermedad del arquitecto

Una vez terminas la carrera y te lanzas a labrar un futuro en el mundo laboral, poco a poco comienzas a darte cuenta de que la profesión de arquitecto es una profesión de riesgo. Pasas a ser como un bebé que necesita vacunarse  mientras su cuerpo se inmuniza a las enfermedades que le acechan en el día a día.

De todos es sabido que los arquitectos no andamos muy finos de la cabeza, y si bien se puede deber a rasgos propios de la personalidad, muchas veces se pueden manifestar como una patología extrema o una enfermedad.

Este post no pretende asustar a nadie ni ser catastrofista, simplemente lo escribo a modo de precaución, para que sepamos por donde nos movemos, poder vacunarnos y quedar así inmunes.

Por eso, y a modo informativo, las enfermedades más comunes a las que estamos expuestos los arquitectos son:

DEMENCIA.
"Pérdida progresiva de las funciones cognitivas por daños o desórdenes cerebrales"

Normal, que quieren que les diga. Desde tu primer trabajo de proyectos en la carrera, consistente en un "Centro polivalente para el observatorio del paisaje peri-urbano y biblioteca" hasta el último encargo de un cliente que te pide el "cerramiento de una balconada" pues pasan muchas cosas difíciles de explicar. Es un cambio drástico que no todo el mundo sabe digerir, y encima a veces no ves un euro con lo de la balconada.

ADICCIÓN.
“Dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación”.

Cuando hablamos de adición hablamos de café, para que nos vamos a engañar. Mas de uno se ha enganchado al olor del loctite de tanta maqueta, pero lo normal es engancharse al café. Que haríamos nosotros sin él, la vida carecería de sentido, es como los glóbulos rojos en la sangre, lo necesitamos para vivir, es nuestra gasolina.


 
 
AMAUROSIS FUGAZ.
“Pérdida de visión transitoria que se produce como consecuencia de una isquemia (falta de aporte sanguíneo) de la retina"
 
Y es que pasar tanto tiempo con un detalle constructivo trae sus consecuencias, sobre todo para que después el operario de la obra no abra ni el plano.
 
Realizar trabajos con una exposición prolongada en el ordenador también tiene sus consecuencias, no solo en la arquitectura, también en otras profesiones, pero lo normal es dejar el trabajo antes de cenar ¿verdad?, pues los arquitectos seguimos después de cenar, y a veces ni paramos.
 
SÍNDROME DE DIÓGENES.
"Tendencia a acumular objetos en forma excesiva en referencia a cantidades socialmente aceptadas, incluso si los objetos no tienen valor, son peligrosos o insalubres"
 
Es duro pero hay que aceptarlo. La mayoría de los arquitectos tenemos este problema, sino ¿Cómo se explica que tengamos guardados tantos catálogos comerciales? No sirven para nada y sin embargo ahí los tenemos, ocupando estantería.
 
Otro ejemplo pueden ser los restos de las maquetas. ¿Para que necesitamos tanto cartón pluma?, si uniéramos los restos que nos sobran y que todavía guardamos podríamos perfectamente techar un pabellón.


 
 
SÍNDROME BURNOUT.
"Presencia prolongada de estrés en el organismo ante factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo"
 
Desde que te aparece el Síndrome de Burnout hasta que te quedas calvo solo hay un paso. Son tantos los factores ajenos a uno, imposibles de controlar, que incluso haciendo las cosas bien, no terminas de quedarte tranquilo del todo.
 
Nuestro trabajo es como una montaña rusa, hay meses que te encuentras desbordado y otros meses en los que ordenas el estudio tres veces en una semana. No existe continuidad, no hay monotonía, dando lugar a la aparición del estrés como compañero de fatigas.
 
INSOMNIO.
"Dificultad para conciliar el sueño"
 
Para el que lo desconozca hay tres tipos de insomnio: el agudo (menos de 4 semanas), el sub-agudo (entre 4 semanas y 6 meses) y el crónico (más de 6 meses).
 
No hace falta decirte cual es el nuestro, ya nos lo dejan bien claro los primeros años de carrera juntándote dos entregas con tres exámenes en la misma semana ...si, lo nuestro es crónico.


 
 
FANATISMO.
“Incondicional adhesión a una causa, un esntusiasmo desmedido y/o monopatía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces indiscriminado y violento"
 
A algunos nos pasa, que tenemos como referencia al arquitecto maestro, que si está fallecido pues podemos discutir si su obra es buena o mala, pero como esté vivo, ya puede hacer el mayor mojón del mundo que a nosotros nos parecerá la bomba.
 
El fanatismo no tiene que ver solo hacia una persona, sino también hacia un objeto o material, que ya sabemos lo tontos que nos ponemos con el hormigón visto.
 
SÍNDROME DEL TÚNEL CARPIANO.
"Neuropatía que ocurre cuando el nervio mediano, desde el antebrazo a la mano, se presiona o se atrapa dentro del túnel carpiano"
 
Seguramente habrás oído esta patología, también conocida como el "Síndrome del ratón". Lógico, estás toda la mañana y parte de la tarde entretenido con el autocad y no te das cuenta del tiempo que has pasado dibujando hasta que tienes la mano como un garrote.
 
NARCISISMO.
“Sobrestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación"
 
Estoy seguro de que conoces a más de uno con esta enfermedad, además, se les ve venir a la legua. Personas que viven continuamente subidas a un pedestal y que si el mirar por encima del hombro fuera deporte olímpico ganaban medalla seguro.
 
Para mi es la peor de las enfermedades porque da una imagen lamentable y triste de los arquitectos, cuando en la realidad no dejamos de ser trabajadores que intentamos realizar nuestro trabajo lo mejor que podemos.


 
Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.

@ruymangsicilia

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