Por
lo tanto, para adelantar trabajo y saber de que pie cojea cada uno, te
mostramos los diferentes perfiles de clientes que te puedes encontrar a lo
largo de tu trayectoria profesional en el mundo de la arquitectura:
01.
- El familiar
Empezamos
con el que primero que te dará una oportunidad a la hora de realizar un
proyecto. La dificultad del mismo es proporcional al grado de parentesco que
tengas con esa persona ya que no es lo mismo hacerle la casa a tu primo que a
un primo segundo de tu madre.
Con
este tipo de clientes deberás caminar con pies de plomo ya que abusarán en
exceso de tu confianza, sobre todo a la hora de pactar los honorarios ...
"Que soy tu primo, coño", te dirán.
02.
- La administración
Si
tienes la suerte de ganar algún concurso o ser invitado a realizar un proyecto
para la administración pública no se si darte la enhorabuena o el pésame.
Es
probable que se convierta en el cliente más impertinente que te encuentres, no
tanto en el tema formal o estético del proyecto, sino en el tema normativo y
administrativo. Por muy bien que manejes el tema jurídico siempre te cruzarás
con el funcionario de turno que le pondrá pegas a todo lo que has presentado.
A
la hora de cobrar no deberías de tener problemas, pues la administración suele
pagar ... tarde, pero paga.
03.-
El listo
Cuidado
con este que es el típico
"arquitecto-ingeniero-economista-abogado-carpintero-fontanero" que lo
sabe todo y siempre ha de quedar por encima tuya. El trato con este tipo de
personas puede resultar complicado dependiendo de la paciencia y el aguante que
cada uno tenga.
Ojalá
no te ocurra nunca, pero se puede dar el caso de que "el listo"
coincida con "el familiar" y si esto sucediera el proyecto se
convierte automáticamente en un grano en la nalga.
Si
aguantas y no lo has mandado a donde San Pedro perdió la bicicleta no tendrás
problemas para cobrar al final, sobre todo si se ha hecho tal y como el decía.
04.-
El Valiente
Este
tipo de personaje es más peligroso que un elefante en una cacharrería ya que
suele actuar por impulso, por instinto, sin importarle nada; el típico que hace
las cosas y luego pregunta como se hacen.
Lo
normal con este tipo de clientes es que te encarguen una legalización de algo
que hicieron sin licencia, por lo que ahí siempre tienes la sartén por el mango
y puedes pedir unos honorarios decentes ...hasta que llegue algún compañero que
se lo haga por la mitad.
05.-
El admirador
Al
estudio te pueden llegar clientes con fotografías o recortes de prensa de
edificios de algún arquitecto "mediático" tipo Zaha Hadid, Frank
Gehry, etc. y que quieren algo similar para su proyecto ... para los gustos los
colores. Esto está muy bien pero lo primero que debes hacer es explicarle lo
que es la escala, no es igual un auditorio que la reforma de su piso
Aún
así ya te digo que este será buen cliente, ya que pondrá interés en lo que
haces y por lo menos se le ve que tienes inquietudes y gustos diferentes a lo
que nos solemos encontrar.
06.-
El desaseado
Si
amigos si, no me digan que no se han encontrado a ese cliente que huye del
agua, y con esto no me refiero a que en su chalet no quiera piscina, me refiero
a aquella persona que no se lava, o que no lo hace diariamente como las
personas normales.
Procura
que las reuniones que tengas con este cliente sean rápidas, ve al grano e
intenta que no se enrolle demasiado ya que tu salud corre serio peligro. Ayuda
bastante tener el tipo ambientador tipo "pino verde" con olor a menta
que mitigue el aroma del cliente, lo que viene siendo una "guerra
química".
07.-
El despistado
Sin
lugar a dudas este es el tipo de cliente que no te conviene tener. Su despiste
generalizado influirá en tu manera de trabajar ya que una vez tengas redactado
y visado el proyecto se acordará de algo que te lo hará cambiar por completo,
ralentizando tu trabajo y tirando por la borda los plazos que te marcabas en un
principio.
Por
supuesto a la hora de cobrar ármate de paciencia porque cuando le preguntes que
porqué no te ha pagado te contestará " Es que me despisté".
08.-
El indeciso
También
es un cliente catalogado como peligroso. Cuando quedes con el para enseñarle el
proyecto le tendrás que llevar al menos cinco propuestas diferentes y, aun así,
no lo verá claro.
Una
vez consigas convencerlo y de el visto bueno al proyecto, la dirección de la
obra se volverá cuanto menos curiosa y desde ya te digo que lo que presentaste
para su visado no coincidirá en nada con lo presentado para el final de obra.
Seguramente nos encontraremos con otro tipo de perfiles, pero en líneas generales uno se puede hacer una idea de los tipos de clientes que se va a encontrar en su vida laboral.
Espero
que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.
@ruymangsicilia
Te ha faltado el "cliente ideal". Que habrá pocos, pero en la lista al final parece que todos son malos!
ResponderEliminarBuen post!
Estoy con Carlos M. El post hace pensar en que todos los clientes son malos. O cambiamos el chip y nos hacemos la pregunta de ¿en qué puedo mejorar YO mi forma de trabajo hacia mis clientes? o nos va a seguir yendo igual...
ResponderEliminarPienso que el cliente ideal existe, por supuesto, yo los he tenido: dejan trabajar, depositan su confianza en ti, buenos pagadores y, lo más importante, están contentos con el resultado final. Agradezco los comentarios y se tendrán en cuenta para futuros post. Gracias!
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