jueves, 22 de octubre de 2015

De mayor quiero ser voladizo

Cuando a uno le preguntan de pequeño que quiere ser de mayor siempre se suele responder lo típico: profesor, bombero, médico,… arquitecto,… lo normal. A mí, cuando me preguntaban que quería ser de mayor, siempre contestaba lo mismo: "De mayor quiero ser voladizo".

Si, voladizo, ese elemento de construcción o de la estructura de un edificio que sobresale horizontalmente o inclinado del plano vertical, empotrado en uno de sus extremos y con una carga o peso en el otro extremo. Uno de esos que están tan cansados de ver y que están por todas partes, si hombre si, un voladizo.



     Casa Balancing Barn (Suffolk - Reino Unido). MVRDV
     Residencia Utrain (Klaipeda - Lithuania). Architectural Bureau G. Natkevicius & Partners

- “Pero ¿qué raro no? ¿Un voladizo? Eso no es ninguna profesión”, es lo que me contestaban.

- “¿Pero tú que me has preguntado? ¿Qué quiero ser de mayor o a que me quiero dedicar profesionalmente? Porque profesionalmente aun no lo he decidido, pero por querer, lo que quiero llegar a ser es un voladizo”, respondía yo. 

Bien es verdad que en vez de voladizo podría haber optado por ser cornisa, pero para qué. No es cuestión de tamaño (que también), es cuestión de que no se me posen encima las palomas (esos pájaros que algunos llaman las ratas del aire), me dejen perdido con sus defecaciones, y tenga que acabar con un hilera de pinchos en la parte superior y a lo largo de toda mi longitud. No, yo aspiraba a algo mas, a algo mayor.


     Hotel Aggrenard (Geojesi - Corea). AND Arquitectos
     Edificio Forum (Barcelona - España). Herzog & DeMeuron
     Torre de Gas Natural (Barcelona - España). Miralles & Tagliablue 

También podría haberme decantado por ser un pilar, pero sería mucho más aburrido. Si, eres esbelto y fuerte, sostienes la estructura, sin ti nada se podría ejecutar, los forjados se quedarían en el aire… pero no serías único. Formarías parte de una cuadrícula, de una red perfectamente tejida en donde cada pilar tiene su función, pero que no se entiende si no se analiza en conjunto. Pilar está bien, pero no, yo quería ser diferente, quería ser voladizo.

- “¿Voladizo? Pero si eso es algo que está sometido a mucho estrés” me decían.

- “La mitad superior del voladizo está sometido a un estrés de tensión y la mitad inferior está sometida a un estrés de compresión. Ten cuidado porque si no eres capaz de soportar ese estrés puedes llegar a doblarte y romperte”.

Dicho así suena muy fuerte, podría llegar a doblarme, e incluso a romperme ojo con esto que puede acojonar. Pero estaba dispuesto pagar el precio, a conseguir mi sueño, estaba dispuesto a ser voladizo.

A priori puede sonar muy simple, voladizo… ¿Que tiene eso de interesante?. Pues que se lo pregunten a Bernouilli para que veas lo que te cuenta, de hecho el amigo se inventó una fórmula que relacionaba el momento flector de la fuerza aplicada y el radio de curvatura de la barra deformada. No es la fórmula de la Coca Cola pero bueno, algo es algo, y a Bernoulli le dio de comer.

Pero lo realmente interesante de los voladizos, no es tanto el sistema estructural que los aguanta, sino los espacios que generan, no solo los del propio voladizo, también los espacios exteriores. Esa imagen de ingravidez, de flotar por encima del terreno, eso es lo realmente interesante.

Ya los maestros del Movimiento Moderno fueron pioneros en la utilización de los voladizos. Nuevos materiales como el hormigón armado ayudaron a crear estas estructuras ingrávidas que más de uno tomó como un recurso espacial en sus proyectos.



     Diseño original de la Study House 8. Charles Eames & ero Saarinen
     Casa Leonheardt (New York. Estados Unidos). Philip Johnson

Del voladizo no solo me quedo con la imagen o forma singular que le pueda dar al edificio. En arquitectura, un voladizo no tiene porqué ser solo un factor estético y formal que enriquezca el proyecto, va mucho más allá. Un voladizo te invita a entrar en un edificio, marca la línea a seguir en un distribuidor exterior, prolonga los espacios interiores, ofrece protección a las inclemencias del tiempo, es un recurso perfecto para pasar de un espacio a otro con un cambio de altura,... un voladizo son mil cosas en arquitectura.

Pero no podemos quedarnos solo en eso. Aparte de ser algo tangible, colabora en la búsqueda de lo intangible: en la búsqueda de la luz, de las vistas, de la temperatura, de sensaciones… en la búsqueda del bienestar, en definitiva en la búsqueda de un espacio agradable. Un voladizo es la bomba no me digan que no.


     Residencia Kaufmann (Pensilvania - Estados Unidos). Frank lloyd Wright

A día de hoy todavía me pregunta alguno que quiero ser de mayor y siempre le contesto lo mismo “Yo de mayor quiero ser voladizo”. ¿Aún no saben por qué? La respuesta es muy fácil… porque un voladizo puede VOLAR.

Espero que hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo escribiéndolo. Un saludo.

@ruymangsicilia